¡Cuán feliz aquel que huye Del consejo de maldad, Y en sendero de pecado, Con valor, rehúsa andar! Ni se ve jamás su silla Junto al escarnecedor, Antes cifra su delicia En la santa ley de Dios. Meditando noche y día En ella, pronto ha de ser Como el árbol que enraíza De las corrientes al pie. Fruto dulce y sazonado, Entre verdor perennal, Mostrará y cuanto hace Prosperado se verá. No así el hombre malo: Como el tamo será él, Por el viento arrebatado Y llevado a perecer. No se alzarán los malos En el juicio del Señor, Ni los siervos del pecado En la fiel congregación. El Señor mira los justos Y conoce su heredad; Mas la senda de los malos En su día juzgará. ¡Cuán feliz en tus caminos, Por tu gracia, puedo ser! ¡Dame, oh Dios, honrar tu Nombre! ¡Dame, oh Dios, amar tu Ley! -----Stíš sa Yo su gloria en los astros vi slṭạnk Kristus celý zranený لك نرفع ذبيحة الحمد Коли я думаю про те Сила Pán Ježiš je láska nǐ zhè shòu kùn kǔ lwlạ ạlṣlyb
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