Que bendice a los niños con amor,
Yo también quisiera estar,
Y con ellos descansar
En los brazos del tierno Salvador.
Cariñosos abrazos de él sentir;
Sus miradas disfrutar,
Las palabras escuchar:
A los niños dejad a mí venir.
El más grato, el más bello y el mejor,
Cuando, de cualquier nación,
Niños mil, sin distinción,
En los brazos se encuentren del Señor.