Hay una fuente cuyos raudales Las venas nutren del Salvador; Bañado en ellos se encuentra limpio De sus pecados el pecador. El moribundo ladrón, tal fuente Vio en sus angustias, y se gozó; Cual él impuro, lavadas veo También mis culpas en ellas yo. Su fuerza activa, manso Cordero, Perder tu sangre podrá jamás, Hasta que toda la Iglesia tuya Salvada sea y no peque más. Desde que viera por fe tu sangre En abundancia por mí correr, De mis cantares tu amor el tema Fue, y mientras viva tendrá que ser. Y cuando muda, deshecha en polvo, En el sepulcro mi lengua esté, Tu poderío que me ha salvado Con nuevo canto celebraré. Que estoy seguro me has preparado, Aun cuando indigno de tanto don, Un premio eterno con tus dolores, Y un arpa de oro de dulce son. Para infinitos siglos templada Cual instrumento divino está; Y en los oídos de Dios el Padre Sonar tan sólo tu nombre hará. -----Puhtaaksi, Herra حبيبي فتى Сильна! Глубока! Велика! Jézus az egyetlen چەكسىز سۉيۉۉ سامادىم mwsyqy̱ Cine e ca El? Nu e nimeni Замон охирлаб қолди E greu când ţi se pare تسبيحك يعلى ويعلى
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