La ley del Señor es perfecta, Que convierte el alma. El testimonio del Señor Es fiel que hace sabio al sencillo. Deseables son más que el oro, Que mucho oro afinado; Y dulce más que miel Que destila del panal. Los mandamientos del Señor son rectos, Que alegran el corazón. El precepto del Señor es puro, Que alumbra los ojos. El temor del Señor es limpio, Permanece para siempre. Los juicios del Señor son verdad, Todos justos. -----ạ̹ḥnạ ạ̉wlạd ạllh Kumsawt Kipahna لايىق ەمەسپىن ماحابباتىڭا نفسي يارب Тюм Гьокйюзю تأمل 2 Chváľ, Sione, Spasiteľa Не нанеси себе вреда Cikin Yesu Almasihu Zan Dogara De n-ai fi Tu de partea noastra
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