Mi Redentor, el Rey de gloria, Que vive, yo seguro estoy, Y da coronas de victoria; A recibir la mía voy. Que permanezca no pidáis Entre el bullicio y el vaivén, El mundo alegre hoy dejara, Aún cuando fuese algún Edén; La cita nada más aguardo, Que el Rey me diga: Hijo, ven. En mi Señor Jesús confío, Su sangre clama a mi favor; Es dueño Él de mi albedrío, Estar con Él es lo mejor. De tanto amor me maravillo, Y no me canso de admirar; Me libertó de mi peligro, Sufriendo todo en mi lugar. Consuélome en su larga ausencia Pensando: Pronto volverá. Entonces su gloriosa herencia A cada fiel Jesús dará. -----ماڭگىلىك ماداقتايمىن سەنى Čujte slávny neba ples اشىلمايتىن بۇل ٴالى قۇپيا۔سىر Йумушак янът إله المجد ملكي Mari, Lihatlah Semua Pour la ville سلمت نفسي في يديك Děkuji, Ježíši Príď, Kriste, Svetlo sveta
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