Tu pueblo anhela la consumación
De la celeste, eterna reunión
Con su Señor.
Es vano en este mundo procurar
Algo que pueda el corazón llenar:
¡Ven tú, Señor!
Suspiran nuestras almas para ver
Tu faz amada y un lugar tener
Con su Señor.
Que tú deseas, sí, con ansiedad
Subir tu Esposa a la dignidad
De su Señor.
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