Paz, esperanza y salvación.
Cimiento y piedra angular,
Firme ante viento y tempestad.
¡Fuerte muralla frente al mal,
Donde el temor cede a la paz!
Fiel Abogado defensor;
Confiado descanso en su amor.
Toda la plenitud de Dios,
En este mundo que Él creó
Y que no le reconoció.
Cuando en la cruz agonizó,
La ira de Dios Él propició,
Porque en sus hombros reposó
Toda la carga de mi error.
Aprisionó al que era la luz,
Mas -¡cómo no!- la muerte vil
No pudo retenerlo allí...
Resucitó y la maldición
De mi pecado desató.
Ahora Él es mío; yo soy de Él;
A precio que yo no pagué.
Tal es su gracia sobre mí.
Ya no el azar, sino su plan
Traza el trayecto de mi andar.
Poder ni humano ni infernal
Mi posición me han de arrancar;
Sea que me lleve o venga Él;
A salvo permaneceré.
-----