De este valle de sombra de muerte, Voy camino al celeste hogar; La Ciudad celestial es mi patria; En el mundo no tengo lugar. Es de Dios la ciudad con cimientos, Es de Dios la ciudad celestial. ¡Qué felices son los que la hallan! Su disfrute será eternal. Fundamentos seguros y eternos, Calles llenas de felicidad; A sus puertas el gran universo, En sus plazas el Dios de bondad. Nada sucio será admitido, No podría sufrir esa luz; ¡Oh! si quieres entrar por sus puertas, Hay limpieza y perdón en Jesús. -----tʿlyq 2 - ktẖyrẗ ạ̉mạntk lạ tdẖkrwạ ly mn ạldnyạ Hier Is Ek Неба лазурь, синева надо мной Senin Sevgin Ömürden Güzeldir Ей Раб, Лайък Олан Сенсин! ạ̉ntẓry ạlrb yạ nfsy نطلق بإسمك الأسير مبدع الكون qrạʾẗ 2 - hw ạlṭryq
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